Hacerme tarjeta de crédito es algo que llevo pensando mucho tiempo, el mismo que llevo posponiéndolo.
¿Por qué? Muy sencillo: soy un peligro :) Sí, lo reconozco. Me cuesta controlar lo que gasto en libros aun careciendo de la posibilidad de comprar por Internet... ¡con tarjeta de crédito voy a ser imparable!
Pero sí, he decidido hacerme tarjeta y probar durante un par de meses a ver qué tal va la cosa.
La razón por la que me he decidido es muy sencilla: los libros en español son caros. Llega un punto —y más ahora con la crisis—, en el que los que seguimos las novedades literarias tendríamos que vender nuestros órganos para leer todo lo que queremos. Y eso que estoy contando también los libros de bolsillo.
Si no sabes inglés, comprar los libros en español no te dolerá tanto. Pero si sí puedes leer en inglés... te duele incluso más.
Recuerdo cuando salió el año pasado Ciudad de los Ángeles Caídos. En español está a un precio de 18€ y en el Fnac vi que en inglés, formato grande y tapa dura estaba a ¡¡11€!!
Hay quien dirá que solo es una diferencia de 7€, pero esa diferencia supone un libro de bolsillo más para la saca, por ejemplo (ya que en inglés 6€ es el precio medio de los libros de bolsillo —y si no comprobadlo en Bookdepository o en alguna otra página similar—, mientras que el precio medio en español son 10€).
Esto no quiere decir que vaya a dejar de comprar libros en español, por supuesto (autores españoles, a vosotros también os compro jeje), sencillamente, voy a mirar más por mis intereses y rezar porque llegue el día en el que las editoriales españolas abran los ojos y digan: ¡los lectores no tienen tanto dinero!
¿De qué sirve que publiquen novedades suculentas, si los lectores no tienen tanto dinero como para comprarlas todas? Aumentar mis compras en inglés, supondrá que pueda hacerme con más libros, y eso, sintiéndolo mucho, es lo que me interesa.
Así que rezad por mí, porque cuando tenga ya la tarjeta no me vuelva loca y me gaste todo mi dinero en una semana :)
¡Nos leemos!