TÍTULO: Los amores perdidos
AUTOR: Miguel de León
GÉNERO: Romance histórico
EDITORIAL: Plaza & Janés
PÁGINAS: 624
¡CÓMPRALO YA!
He leído reseñas muy buenas de este libro, pocas, pero todas muy buenas; y si bien yo no concuerdo con ellas en cuanto a que esta sea una novela muy fácil de recomendar a cualquiera, sí que he descubierto en ella a un autor español cuyas futuras publicaciones probaré sin duda.
AUTOR: Miguel de León
GÉNERO: Romance histórico
EDITORIAL: Plaza & Janés
PÁGINAS: 624
¡CÓMPRALO YA!
Los amores perdidos es la historia de los jóvenes Arturo Quíner y Alejandra Minéo, de su relación imposible y de lo que tuvieron que sacrificar por ella. Y de dos familias, los Quíner y los Bernal, enemigas eternas. Y es también la historia de un pueblo canario, El Terrero, de héroes anónimos y caciques ambiciosos, donde las pasiones son arrebatadas, los secretos se desvelan entre susurros y las venganzas se cobran con sangre.
Los amores perdidos es el poderío de Dolores Bernal, la matriarca despótica que controla el pueblo con mano de hierro; la bondad de Alfonso Santos, el honorable y firme médico que conoce el punto débil de todos sus vecinos; el valor de Rita Cortés, la chica rebelde y excesiva, que huye a la Península para encontrar algo muy diferente a lo que esperaba; o la tenacidad de Ismael Quíner, el noble enamorado que lo ofrecerá todo por la supervivencia de su estirpe.
Los amores perdidos es un épico y colosal tapiz tejido con estas y otras muchas historias, que afectarán a la pasión de Arturo y Alejandra a lo largo de los años y que les llevará del Terrero a Nueva York, del enamoramiento al desencanto, de la separación al reencuentro para finalmente enfrentarse a un destino incierto.<
Los amores perdidos es el poderío de Dolores Bernal, la matriarca despótica que controla el pueblo con mano de hierro; la bondad de Alfonso Santos, el honorable y firme médico que conoce el punto débil de todos sus vecinos; el valor de Rita Cortés, la chica rebelde y excesiva, que huye a la Península para encontrar algo muy diferente a lo que esperaba; o la tenacidad de Ismael Quíner, el noble enamorado que lo ofrecerá todo por la supervivencia de su estirpe.
Los amores perdidos es un épico y colosal tapiz tejido con estas y otras muchas historias, que afectarán a la pasión de Arturo y Alejandra a lo largo de los años y que les llevará del Terrero a Nueva York, del enamoramiento al desencanto, de la separación al reencuentro para finalmente enfrentarse a un destino incierto.<
He leído reseñas muy buenas de este libro, pocas, pero todas muy buenas; y si bien yo no concuerdo con ellas en cuanto a que esta sea una novela muy fácil de recomendar a cualquiera, sí que he descubierto en ella a un autor español cuyas futuras publicaciones probaré sin duda.
Estamos ante un libro grande, y no solo porque su extensión sea considerable, sino porque el autor ha hecho un magnífico trabajo: no solo tiene una ambientación espectacular de una época que va desde los años de dictadura de Franco hasta los comienzos de la democracia, sino que además está lleno de personajes con historia propia.
Y si bien la editorial ha decidido enfocar el romance de Arturo y Alejandra como trama principal de la novela (y desconozco si era esa también la intención inicial del autor al escribir el libro) yo discrepo un poco al respecto. Sí, sé que el romance vende, hay un gran público lector al que este género le interesa enormemente y yo me incluyo también en él, pero considero que en esta novela el romance es otro de tantos factores que contienen la historia, pero no el más importante.
El problema a la hora de delimitar cuál es el eje de la obra radica en la estructura y el ritmo de la novela. Está dividida en tres partes, de las cuales solo en la tercer se trata el romance en sí mismo, esto por supuesto no significa que ese romance no sea fundamental en la vida de Arturo y en el desarrollo de su historia, pero considero que no es lo que mantiene al lector en vilo y le anima a seguir leyendo.
En mi humilde opinión es más trepidante la trama de asesinatos y conspiración que envuelve la novela y la vida de Arturo lo que impulsa el interés lector. Y por supuesto, a esto se le añade su relación con Alejandra, nada sencilla y llena de baches y obstáculos que profundizan la lectura, además de el resto de personajes secundarios que, como ya he dicho, viven su propia historia y son parte también fundamental y necesaria en esta obra.
Personalmente considero que el algo positivo el hecho de que el romance no se (o no lo haya sido para mí) el eje central, sino que sea un elemento más de la pócima. Novelas de romance hay muchas, algunas mejores y otras por supuesto peores, y llega un momento en el que disfrutas de las novelas que tienen la convinación y equilibrio perfecto entre todos los ingredientes.
Por todas esta cosas, esta lectura podría haber sido para mí espectacular. Pero hay varios factores que me impiden darle una nota redonda y recomendarla con los ojos cerrados. Para empezar, por su extensión y ritmo considero que no es una novela apta para todos, tiene que llamarte la atención este género (algo costumbrista y lleno de historias que se entremezclan constantemente, una historia cuyo ritmo es considerablemente pausada con la excepción de algunos pasajes y capítulos) y no considero que sea el tipo de libro que regalarías en un cumpleaños como una lectura que fijo que va a gustar.
Resumiendo, os recomiendo sí o sí este libro si disfrutáis de las historias que aunque no poseen un ritmo trepidante constante y una acción desbordante, sí que tienen una gran ambientación y una enorme variedad de personajes hasta el punto de conseguir que un pueblo ficticio de Canaria parezca de lo más real. Para mí no desborda acción y tampoco romance, pero aún así ha sido una lectura gratificante, aunque difícil de recomendar. Personalmente, estaré atenta a las futuras novelas del autor.
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