Hace unos años me compré una colección completa de Johanna Lindsey, de estas que tanto le gusta a la editorial RBA. No soy muy dada a comprar este tipo de colecciones, pero esta autora tiene muchos de sus libros descatalogados y la verdad es que el precio salía bastante bien, así que me animé. Y desde entonces poco a poco voy leyendo sus libros. La saga Malory es la que más voy leyendo, junto a libros autoconclusivos, y diría que es también su saga más famosa.

Son libros antiguos, se nota que están escritos en otra época, pero a mí me van gustando de momento todos los que la forman. Y realmente que sean "antiguos" tampoco es algo realmente malo... es más de otra época, el estilo de escritura y de argumentos han cambiado con los años, pero si tenemos en cuenta que Lindsey escribe, precisamente, libros de histórica... pues mal tampoco le va. Además, los Malory son personajes entrañables, una familia peculiar y con unos lazos familiares muy fuertes, lo que hace difícil no quererlos.

—¡Dios mío, no sonrías! —le pidió fingienod estar sorprendida—. Se te podrían ver los hoyuelos.
Entonces él se rio. Pareció sorprenderse porque se detuvo erepentinamente e, incluso, se sonrojó.

En esta ocasión le toca el turno a Amy Malory, una joven en edad de ser presentada en sociedad que tiene muy claro con quién quiere pasar el resto de su vida. Y esa persona es, nada más y nada menos que Warren Anderson, hermano de su tía Georgina Malory a quien conoció fugazmente unos meses atrás.  Warren es un personaje huraño y algo antipático que está cansado de los reveses sentimentales, de las traiciones femeninas y de los ingleses en general. El "encaprichamiento" de Amy le pilla por sorpresa, así como su actitud atrevida y poco decorosa... y su insistencia.

Ambos personajes me han gustado pero no han llegado a apasionarme. Me gusta lo atípica que es Amy, una joven dispuesta a perseguir al hombre al que ama aunque no sea lo que una dama debe hacer. Tiene claras las ideas, sus objetivos, y está dispuesta a cualquier cosa con tal de ganarse su corazón. Warren a su vez tiene una mayor evolución porque pasa de ser insoportable y borde a un personaje muy entrañable, y puede que esta sea la peor parte para mí. Soy amante de los romances que se van conciendo a fuego lento, y aquí no hay nada de lento... si bien Warren se resiste hasta el final, el lector es consciente del cambio que la confesión de Amy produce en él, por lo que el romance está asegurado bastante rápido.

No es que sea un romance aburrido ni nada de eso. Es bastante entretenido y me ha gustado mucho leer sus interacciones, pero no es de esos libros en lo que se desarrolla un amor inesperado porque Amy ya está enamorada en la primera página y Warren cae realtivamente rápido aunque, como os digo, trate de resistirse.

—Ya no vas a pelear más con el tío James, ¿verdad?
—No se me ocurriría. Ahora que él también será mi tío, he decidido mostrarle respeto.
—Dios mío, te va a matar.

Para compensarlo tenemos al resto de maravillosos personajes, ya que Tony y James Malory aparecen y mucho en la historia de su sobrina, tan parecida a Reggie físicamente. Y no solo es el sentimiento de sobreprotección que sienten hacia su familia lo que nos dará grandes momentos, sino la enemistad existente entre las familias Anderson y Malory debido a los sucesos de los previos libros. Os aseguro que ver discutir y pelearse a estos tres es e lo mejorcito que hay, nos encontramos con escenas hilarantas y discusiones muy divertidas que hacen del libro una experiencia amena y muy entretenida.

Si la familia Malory te enamora rápidamente desde el primer libro, los hermanos Anderson te dejan con ganas de más. Y por suerte para nosotros, tendrán mucha importancia en futuros libros (razón por la cual muchos denominan a esta no solo como la saga de los Malory sino también la saga Malory-Anderson).