Trabajar de niñera para el padre soltero más gruñón del mundo debería haber sido pan comido. Pero no puedo dejar de mirarlo... Y él no puede mantener sus manos lejos de mí.
Cade Eaton es trece años mayor que yo y apenas me presta atención. Hasta que una noche me meto en el jacuzzi con él y decidimos jugar a verdad o atrevimiento. A partir de ese momento, todo vale, menos la ropa.
Es todo un cascarrabias y un poco rudo, pero resulta que los rancheros fornidos y malhablados son mi debilidad. Así que, ¿cómo voy a resistirme?
Sin embargo, cuando estamos a solas, muestra un lado más tierno, y estoy empezando a darme cuenta de que su carácter de tío duro no es más que una fachada. Alguien lo convenció de que no es lo suficientemente bueno, aunque nunca me he sentido más querida que cuando estoy en sus brazos.
Puede que mi contrato diga que nuestra relación solo durará dos meses.
Pero mi corazón me dice que será para siempre.
Este es el segundo libro de la saga Chestnut Springs, un pequeño pueblo (por desgracia) ficticio lleno de cowboys, una familia ranchera maravillosa, hombres sexys y mujeres de armas tomar. ¿Suena bien? Pues seguid leyendo.
Este segundo libro se centra en el mayor de los hermanos Eaton, Cada, un padre soltero de 38 años muy tan gruñón como responsable y protector. Desde que murió su madre cuando tenía 8 años se ha responsabilizado de todo lo que ha podido y ha ayudado en todo lo que ha podido: sus hermanos, su padre, el rancho...
Bragas.
Observo el trozo de tela negro que tengo en la mano y es como si todo a nuestro alrededor se volviera borroso. Clavo la mirada en sus ojos grandes y con una multitud de tonalidades verdes. Son como un mosaico.
No soy de sonreír mucho, pero curvo los labios en un atisbo de sonrisa.
—Se... Se le han caído las bragas, señorita.
Ahora Cade está buscando a una nueva niñera para Luke, su hijo de 5 años, lo cual no está siendo una tarea sencilla ya que para él ninguna de las candidatas es adecuada para el trabajo, hasta que Summer, la mujer de su hermano pequeño y protagonista del primer libro, se cansa y le hace contratar a Willa, su mejor amiga.
Willa es una joven de 25 años muy intensa, ICÓNICA, con los pies en la tierra y una respuesta perfecta para cada situación. Se deja llevar allá donde le lleve la vida, aunque su aparente seguridad en sí misma resulta que oculta muchas de las dudas e inseguridades que se guarda para sí misma.
Puede que haya dicho una gilipollez, pero no soy de los que dan cariño y trasmiten buen rollo. Cada vez que lo he hecho, he salido un poco más roto de lo que estaba.
Y no estoy dispuesto a que se repita.
Cade y Willa son totalmente diferentes, no solo por la diferencia de edad, los estilos de vida tan distintas y las personalidades tan opuestas: Willa es una fiera salvaje, indómita y muy atractiva; Cade, por su parte, es reservado y ha sufrido muchos golpes en la vida como para permitirse arriesgar su corazón de nuevo, pero desde la primera vez que se ven la cafetería del pueblo (antes de que Willa se convierta en la niñera) Cade no puede apartar la mirada de ella.
La historia de ellos dos es simple, pero tan divertida y chispeante que no puedes parar de leer y acabas total y absolutamente enamorada de ellos dos. Ya su primer encuentro en la cafetería es desternillante, diferente, y define a la perfección lo que será su relación tanto profesional como romántica.
Se vuelve hacia mí y esboza una sonrisa de lo más demoledora; una que consigue que sienta mariposas en el estómago y que abra los labios por la sorpresa.
Es como si acabara de ponerme gafas y lo viera por primera vez de una forma completamente diferente.
Y soy incapaz de apartar la mirada.
Adoro este tipo de historias en pueblitos pequeños, con familias tan maravillosas como es la familia Eaton, la camaradería que muestran los hermanos, cómo están en las malas pero también en las buenas, dispuestos a chincharse y a ser un grano en el culo los unos para los otros. Me gustan mucho, también, las historias con padres solteros y más aún si ellas traen niños tan absolutamente adorables como es Luke. Porque dejadme que os diga que puede que su padre sea el protagonistas (y menudo padre), pero Luke se roba el espectáculo en más de una ocasión: la relación que desarrolla con Willa es la cosa más tierna que he leído nunca, y adoro los momentos padre e hijo.
No suelo entrar a valorar las escenas de sexo (o el spice, como parece que hay que llamarlo ahora XD), pero en este caso me apetecía remarcar que las que nos encontramos en este libro son tremendas escenas de sexo. Cade y Willa desde el principio tienen mucha química, y cuando al fin se dejan llevar por lo que sienten y se dejan de tonterías... ¡wow! Son escenas crudas, sexys, muy reales y sin pelos en la lengua.
Suspiro al sentirlo. Al oír sus palabras. «Mi chica».
Dios, debo de estar delirando. Me atrevo a mirarlo a la cara, a su mandíbula sin afeitar y a sus facciones duras, mientras termina de colocarme el pelo. Quiero derretirme por dentro, y no creo que esto tenga nada que ver con los síntomas de la gastroenteritis.
Cade en modo gruñón me pone cachonda.
Cade en modo dulce es absolutamente irresistible.
Qué puedo decir, me encantan Cade y Willa, tanto juntos como por separado (pero mejor juntos, para qué nos vamos a engañar). Cade empieza siendo el típico vaquero gruñón y pronto te das cuenta de que sencillamente es un hombre con demasiado peso a sus espaldas, que se preocupa por todo el mundo y quiere cuidar de los sueños; un hombre al que la vida ha hecho mucho daño y que gracias a Willa recupera las ganas de sonreír. Willa sería todo lo contrario, parece una chica que lo tiene todo desde una buena familia, hasta energía y descaro para sobrevivir a lo que sea que se le ponga delante, pero Cade pronto ve en ella una vulnerabilidad a la que está dispuesto a poner remedio, y Willa va aprendiendo a dejarse querer.
Todo el mundo al que he visto hablar sobre esta saga coincide en que este fue su libro favorito, y la verdad es que no me sorprende porque esta pareja ha sido explosiva desde la primera página. Su relación es brutal, tienen una química maravillosa, unas escenas de sexo brutales y un romance a la vez tierno y divertido.
Cade se acerca a mí, me lo entrega y se queda quieto. La indecisión se refleja en cada uno de sus rasgos.
—Eres una persona generosa, Cade. —Doy un sorbo antes de mirarlo y limpiarme los labios con suavidad—. ¿Y si por una vez en la vida haces algo solo por ti?
—No puedo —responde con voz quebrada mientras me mira con ojos suplicantes.
—Deberías dejar que te ayude. Te mereces un poco de diversión.
Hola :)
ResponderEliminarJusto lo estoy leyendo ahora mismo. Voy poquitas páginas, pero de momento me está gustando más que el primero, pero es que a mi Cade me conquisto nada más verlo jeje
Besos