Conor
It starts with a drunken text pic. The kind I would normally never send. Only, instead of it going to the flirty hotel bartender, it goes to some random stranger who actually responds.
I tell myself an unexpected night of hot as hell back-and-forth is the perfect way to blow off a little steam while I’m in New York closing an important business deal. Little do I know the man on the other end of the line is none other than Wells Grange: the most controlling, egotistical, emotionless SOB I’ve ever met.
I spend my days squaring off against Wells in the boardroom, and my nights succumbing to the sexy stranger’s commanding texts in the bedroom. Within days, I’m falling for someone I shouldn’t, and I have to remind myself that none of this is real.

Wells
The first thing I notice about Conor Newell when he sits down in my high-rise conference room is how delightfully nervous he is. Then I see his tie. The same geeky tie that’s held hostage on my phone. The one that belongs to my anonymous late-night texter. And it changes everything.
I should confess. Tell the truth about who I am. Instead, I decide there’s no harm in flirting. After all, once our business is concluded, he’ll be out of my life for good.
The more I get to know Conor, however, the more I start to fall for him. Which is a problem, because I made a vow long ago to never let emotions interfere with my life, either business or personal. Except I can’t stop thinking about him night and day. If it’s only in my head, though, it doesn’t count.
After all, it’s not like we’re falling for each other in real life...

Nico
Abandoné a mi familia y mi pequeño pueblo de Texas hace ya quince años para escapar de los cotilleos y para darles a mi madre y a mi hermana la posibilidad de vivir una vida mejor. Pero cuando la llamada de un abogado me imporma de que mi hermana ha fallecido dejándome la custoda de su bebé recién nacido, la placentera vida que me he construido como tatuador en San Francisco se tambalea.
He aquí el problema: no me interesan los niños. Ni los pueblos pequeños. Ni el compromiso. Y especialmente no me interesa la familia. Mi plan es volver a Hobe lo suficiente para firmar los papeles de adopción para así proveer a mi sobrina de una familia amorosa y estable que yo jamás podría darle.
Pero el momento en el que veo a mi sobrina en los brazos de Weston Wilde, el mejor amigo de mi hermana y el apuesto doctor del pueblo, mis planes comienzan a cambiar. Porque de repente veo un futuro diferente. Uno con algo que nunca he merecido: una familia. Si solo puediese convencer a West de the no sigo siendo el mismo inútil que huye cuando las cosas se ponen duras...
Weston
Hay una cosa que tengo clara sobre Nico Salerno: era un inútil de pequeño y a juzgar por el chico tatuado y de pelo violeta que aparece en el funeral de su heramna, no ha cambiado. De ninguna manera voy a permitir que se quede con la custodia del bebé de mi mejor amiga.
Pero cuanto más tiempo paso con él, más consciente soy de que su apariencia exterior es solo un escudo y de que bajo todos esos tatuajes hay un chico asustado e inseguro que solo busca un sitio al que pertenecer. Y no tardo en saber exactamente donde pertenece: en mi cama, junto a mí.
El problema es que ya abandonó a su familia una vez, ¿cómo sé que si nos convertimos en una familia no volverá a hacerlo?