El agente especial Ryan "Mac" McGuinness está teniendo una semana difícil. No sólo está siguiendo una nueva dieta, sino que también se le ha encargado mantener vivo a Henry Page, el testigo más irritante del mundo. Lo cual es difícil cuando Mac está a un suspiro de matar él mismo a Henry, quien cita a Shakespeare y está obsesionado con los huevos. A menos, claro, que matar no sea realmente lo que Mac quiera hacerle.
El estafador Henry Page prefiere mantener su distancia con la ley... aunque no le importaría acercarse un poco más al estricto y atractivo agente McGuinness. Como único testigo de un golpe de la mafia, Henry es un valioso activo para el FBI, pero tiene sus propios planes, y en ellos no entra el testificar.
Cuando queda claro que hay un topo en la oficina del FBI, Mac y Henry se ven obligados a esconderse. Encerrados en una cabaña de pesca, se sorprenden al descubrir que sus sentimientos van más allá de lo físico. Pero a medida que la mafia se acerca, Henry tiene que escapar, y Mac tiene que decidir hasta dónde está dispuesto a llegar para mantener a Henry a su lado.