Descubrí a Eden Finley con su saga Fake Boyfriend y me encantó, así que cuando la terminé me apetecía seguir con algo suyo y, dado que estaba de humor para algo new adult, me lancé con este título coescrito con Saxon James.

Esta historia es perfecta para leer en esos momentos en los que te apetece algo ligero, romántico y tierno. Descomplicado. Es de esos libros que recomiendo para cuando has terminado de leer algo más largo y denso, una de esas lecturas que te dejan mentalmente exausta y necesitando algo más liviano que te haga sonreír y relajarte.

She eyes me. “Are you gay?”
“Yes. Are you?”
“Ace. Aro. And also, I don’t like people in general.”
“But you are a person.”
“I know.” She scrunches up her face. “Rotten luck, right?”

En este libro aparecen temas muy diveros y algunos de ellos me encantan, aunque lo cierto es que el de polos opuestos que se atraen es el principal pues, después de todo, los protagonistas son ni más ni menos que el jugador estrella del equipo de hockey y el friki mejor amigo de su hermano. Nerd + deportista es un tópico cliché y muy usado, pero si me preguntáis, se usa tanto porque realmente bien llevado funciona.

Seth y Foster (los gemelos) tienen una relación muy buena. Aun siendo gemelos son totalmente diferentes: uno muy inteligente y el otro más bien deportista. Pero pese a sus diferencias confian plenamente el uno en el otro, hasta el punto de que Seth es la primera persona a la que le confiesa su bisexualidad. Así pues, tres años antes del comienzo de este libro, Seth establece una norma entre ellos: Foster no puede ligar con Zach, su mejor amigo.

A Foster esta norma no le afecta… hasta que empieza a pasar más tiempo con Zack a petición de su hermano. Entonces, lo que era un ligero interés hacia el adorable y friki mejor amigo de su hermano se empieza a convertir en algo más según lo va conociendo mejor.

Al comienzo del libro Zach está a la deriva (literal y figuradamente). Es la definición perfecta de ansiedad social. Ha pasado toda su vida entre algodones, protegido por su familia y sus amigos (es decir, Seth) y nunca había intentado salir de su zona de confort hasta que un día llega a la conclusión de que debe tomar algún riesgo y probar cosas diferentes: se cambia de universidad y con la ayuda de Foster consigue aprender cosas nuevas y, lo más importante de todo, aprende a dejarse llevar.

Maybe I have a corruption kink. Zach’s inexperience kinda does it for me, and I wonder if I should feel ashamed about that. I don’t, but I wonder if I should.

Su romance es dulce y adorable. Esos son los adjetivos que mejor los definen a mi parecer: se enamoran de forma inesperada y su relación no atraviesa muchos baches ni excesivo drama. Ambos tienen metas para las cuales una relación como la suya solo sería una complicación aparecentemente innecesaria… hasta que se dan cuenta de que por algunas cosas merece la pena luchar.

Para los que como yo hayan leído la saga Fake Boyfriend con anterioridad, aquí encontrarán un inesperado pero maravilloso crossover que me ha dejado con la boca abierta y más feliz que una perdiz (lo último que me esperaba era ver aparecer a Damon, Ollio y a los demás aunque fuese de forma tan breve).

“My name is Zach.”
“I didn’t ask for it.”
“What’s your name?”
“Laura, but people call me Ray.”
“Why?”
“Because I tell them to.”

El segundo libro promete ser un enemies to lovers con Jacobs y Beck como protagonistas. Poco se sabe de ellos por el momento, pero lo que está claro es que Jacobs tiene algo en contra de él, y solo espero que no me equivoque porque soy muy pero que muy fan del enemies to lovers.