Si a estas alturas no sabéis que me encanta Anyta y todo lo que escribe, es que no habéis estado prestando atención. Además, da gusto poder leerla en español de la mano de Virginia, una traductora que sé de buena tinta que pone todo su cariño y esfuerzo en cada una de sus traducciones y gracias a la cual mucha gente ha podido descubrir las historias de esta maravillosa autora (ojalá algún día nos traiga otras autoras, más de Kasia Bacon o de K.A. Merikan).

Esta quizá no sea la saga que más ganas tenía de leer de Anyta, aunque desde que se anunció el primer libro fue directito a mi lista de deseos (pero porque si va firmado de Anyta sé que lo tengo que leer XD). Cuando Vir anunció que serían los proyectos en los que trabajaría al finalizar con Signos de amor, decidí no leerlos en inglés y esperar directamente a sus traducciones (ya que hasta ahora a Anyta la leía en inglés y luego releía las tradus).

La saga, como bien podéis intuir por el título de la misma («Con amor, Austen») es una serie de retellings, cada uno basado en una novela de Jane. La primera, por si alguien aún tiene dudas tras leer el título y la sinopsis, es un retelling de «Emma». Personalmente, no es una novela que haya leído (pero sí que he visto adaptaciones, si es que vale jajaja), y aunque estaba en mi lista de deseos porque lo cierto es que me gustaría leer todo lo que ha publicado la autora (y además Alma tiene edición en su línea de clásicos ilustrados, lo que siempre es un plus), no es la historia de la autora que más me guste.

Basándome en lo que conozco de la obra de Austen, diré que como retelling me ha parecido muy bueno, más que correcto. Es fácil detectar quién es quién, aunque todos tienen su giro personal para hacerlos únicos y diferentes a los originales, sin perder la esencia del personaje original.

Creo que el mayor problema que puede tener este libro que… bueno, es un retelling de «Emma» y, perdonad mi franqueza, pero Emma es difícil de aguantar a veces. Esto se traslada, como no podía ser de otra manera, en Lake. Si no sois fans de la falta de comunicación, esta historia no es para vosotros, pero es lo que toca. Pese a ello, y aunque considero bastante frustrante este trope como concepto, Anyta ha logrado que Lake sea tan obtuso como gracioso. 

El equilibro entre Knight y Lake está bien conseguido. El primero, padre del mejor amigo de Lake, Taylor, es extremadamente perfecto, siempre atento, cariñoso y reconfortante; Lake, por su parte, no deja de meter la pata y, aunque se le describe como un chico capaz y más que guapo, no puede evitar sentir celos de otros miembros del vecindario a los que considera mejores que él (Josh).

Para los que sientan reticencias con que el romance sea con un padre y el mejor amigo de su hijo, sabed que estos no fueron amigos desde la más tierna infancia (pues creo que a algunos eso les puede marcar la diferencia). A mí, personalmente, me daría igual de una u otra forma. Para empezar es ficción, y lo que funciona en ficción no siempre tiene que hacerlo en la realidad... pero es que, además, considero que a veces puedes conocer a alguien toda la vida y que de pronto tu idea de esa persona cambie, y también los sentimientos.

La dinámica entre ambos me ha encantado. Me gustan muchos los romances en los que uno de los personajes (en este caso, Lake) es totalmente ignorante de la realidad que lo rodea pero el lector es pertícipe de ese secreto. Knightly no es sutil sobre sus sentimientos, ni trata de ocultarlos, ni trata de templar sus reacciones a las cosas que dice Lake y cómo estas lo afectan; es Lake quien, con la loca manera en la que funciona su cerebro, se monta sus paranoias mentales.

Las divagaciones y teorías de Lake son cada vez más locas, algunas un absoluto sinsentido pero el tío es capaz de hacer que en su cabeza tengan todo el sentido del mundo XD

Como no podía ser de otra manera, es un slowburn. Knightly es más paciente que un santo y Lake no se lo pone fácil, pero verlos juntos es un encanto y me ha resultado de esas lecturas que te hacen sentir calentita por dentro. Su dinámica es agradable, familiar y natural.

Me ha gustado cómo han avanzado, un poco a trompicones y sin librarse de los malos entendidos, pero con una constancia hasta alcanzar un final feliz.

En general diré que no es mi libro favorito de la autora, pero no es tanto por Anyta sino por Emma como tal. Entiendo que habrá a muchos a los que no les guste la historia por lo inconsciente que es Lake, pero, de nuevo, esto es más cosa de la historia original, la cual en un retelling hay que respetar aunque sea un mínimo.