Marta Rodríguez es una joven y divertida madre soltera que conduce una Honda CBF 600. Trabaja en el taller de moda flamenca de Lola Herrera, donde hace un poco de todo. Tan pronto soluciona temas de banco como diseña y cose el mejor vestido de flamenca. La vida de Marta, y su entorno, da un giro de 180 grados cuando el hijastro de su jefa, Philip Martínez, un empresario inglés, serio a la par que sexy, se cruza en su camino. ¿Qué será Philip, una rana o un sapo más en el gran charco de la vida?

Miri vive en una montaña donde, durante generaciones, sus ancestros han extraído piedra y vivido una vida sencilla. Entonces, llegan noticias de que los sacerdotes del rey han adivinado que en su pequeño pueblo ha nacido la futura princesa. En el plazo de un año, el mismo príncipe irá y elegirá a su prometida de entre las chicas del pueblo. Los ministros del rey crean una academia en las montañas, y todas las chicas adolescentes han de atenderla y aprender cómo convertirse en una princesa.
Miri pronto se econtrará enfrentada a la dura profesora de la academia, a la competitividad entre las chicas, y la lucha entre sus propios deseos tanto de ser la elegida y como de ganarse el corazón de su mejor amigo de la infancia. Pero cuando los bandidos atacan la academia buscando a la futura princesa, Miri ha de unir a las chicas y usar los poderes únicos de las montañas para salvarse tanto a sí misma como a sus compañeras.

Por si intentar encajar en un nuevo instituto no fuese ya suficientemente estresante, Nikki Donovan, de dieciséis años, acaba de descubrir que su desaparecido padre es, en realidad, el rey demonio de Shadowlands —el mundo que nos separa y proteje del Submundo. Cuando es llevada allí de la mano del misterioso y sorprendentemente mono mensajero, Michael, descubre que su padre se está muriendo y que él quiere que ella tome el trono. Para complicar las cosas, una guerra entre Shadowland y el Submundo  está comenzando, sus cualidades de medio demonio están comenzando a manifestarse, y sus crecientes sentimientos por Michael están completamente prohibidos. Gobernando un reino, navegando en un amor secreto, y aún así regresando a casa antes del toque de queda... ¿Qué tiene que hacer una princesa demoníaca adolescente?

Cuando tenía nueve años, Megan Meade conoció a un grupo de horribles y crueles chicos, los hijos del amigos de su padre —los chicos McGowan. Ahora, siete años después, el padre de Megan, doctor de la armada, se van a mudar a Corea del Sura y Megan se va a vivir con los pequeños montruos, quienes ahora son más mayores y algo distintos a como ella los recordaba.
Vivir en una casa con siete chicos le dará a Megan, quien nunca ha besado a nadie, la oportunidad perfecta para aprender todo lo que hay que saber sobre los chicos. Y ella le mandará todosas sus notas a su mejor amiga, Tracy, en...
La guía de Megan Meade de los chicos McGowan:
Observación #1: Ser una mocosa del ejército apesta, pero esta es una mejor opción que mudarse a Corea.
Observación #2: Olvida a los malvados, bromistas y pequeños monstruos. Estos chicos han sido bendecidos por los dioses Abercrombie.
Observación #3: Necesito una cerradura en mi puerta. ¡Ya!
Observación #4: Cuatro palabras: abdominales de seis onzas.
Observación #5: No me hagas empezar a hablar del estado del baño. Estoy pensando en llamar a un equipo de materiales peligrosos. En serio.
Observación #6: Estos chicos saben cómo hacer enemigos. De verdad.
Megan Meade tendrá que versélas con un nuevo instituto, una nueva familia, un nuevo flechazo y una nueva vida. ¿Sobrevivirá a los chicos McGowan?

La mayoría de las personas juegan siguiendo las reglas. Gavin y Liz no son la mayoría de las personas...
Ganar a toda costa. Ese ha sido siempre el mantra de la agente deportiva Liz Darnell. Cuando lleva las cosas demasiado lejos y se arriesga a perder a su cliente número uno, el jugador profesional de béisbol Gavin Riley, Liz se da cuenta de que tendrá que hacer trabajo extra para ganárselo de nuevo. Ella sintió algo por los movimientos de este jugador desde la primera vez que puso sus ojos en él, y por lo que parece, él la quiera tanto como ella.
Gavin está más que listo —especialmente cuando Liz se está ofreciendo a sí misma como parte del trato. Para añadirle emoción, decide lanzarle una bola curva para ver cuán lejos está dispuesta a llegar para mantenerle como cliente. Pero cuando el amor entra en el campo inesperadamente, ni Liz ni Gavin están listos para el mayor cambio de juego de todos.