Mi vida no es fácil. Ya te lo digo. No es elegante. No encajo en la sociedad de la forma en que la gente espera y no coloreo pulcramente entre las líneas, es por fuera de ellas donde enjaco. Encontré mi lugar en los márgenes de la sociedad, con el Club de moteros Hijos de los Templarios. La vida que vivían me dio todo lo que yo quería, y todo lo que necesitaba. Y más importante aún, me dio algo que me había faltado por más de una década: una familia, un lugar al que pertenecer.
Chica del club, ese era mi título. Hay otros términos para definirlo, pero prefiero los términos menos denigrantes. Sí, me gustaría ser una Old Lady. Es el sueño. Pero siendo una persona que escapa a sus mundos de fantasía cuando la realidad se vuelve demasiado dura, sabía las diferencias entre sueños y realidad. Me había echo a la idea de que siempre pertenecería al club. Pero eso no significaba que no quisiera que un hombre en particular me reclamara. Subirme a la parte de atrás de la moto del hombre que capturó mi corazón en cuanto lo vi: Hansen. El sueño en el que finalmente se fijase en mí y me hiciese suya existía solo en el mundo de las maravillas de Macy. Hasta ahora. Hasta que, de algún modo, mi mundo de fantasía y mi realidad colisionan y me mira de la forma que he esperado durante un año.
Chica del club, ese era mi título. Hay otros términos para definirlo, pero prefiero los términos menos denigrantes. Sí, me gustaría ser una Old Lady. Es el sueño. Pero siendo una persona que escapa a sus mundos de fantasía cuando la realidad se vuelve demasiado dura, sabía las diferencias entre sueños y realidad. Me había echo a la idea de que siempre pertenecería al club. Pero eso no significaba que no quisiera que un hombre en particular me reclamara. Subirme a la parte de atrás de la moto del hombre que capturó mi corazón en cuanto lo vi: Hansen. El sueño en el que finalmente se fijase en mí y me hiciese suya existía solo en el mundo de las maravillas de Macy. Hasta ahora. Hasta que, de algún modo, mi mundo de fantasía y mi realidad colisionan y me mira de la forma que he esperado durante un año.