Hoy acaba mayo y, aunque suelo esperar al primer día del mes siguiente para publicar esta entrada, tengo claro que hoy no voy a leer apenas, así que es imposible que me termine nada nuevo... por lo que prefiero dejarla ya publicada. Admeás, no va a ser una entrada muy larga porque más que leer me he dedicado a ver series (Hawaii 5.0 me ha absorbido después de mucho tiempo). ¿Listos?
TÍTULO: First & then AUTORA: Emma Mills GÉNERO: Juvenil EDITORIAL: Square Fish PÁGINAS: 267 ¡CÓMPRALO YA!
Devon Tennyson no cambiaría nada. Ella es feliz viendo los partidos de los viernes por la noche desde las gradas, secretamente enamorada de su mejor amigo Cas, e ignorando felizmente lo que le depara el futuro tras el instituto. Pero el universo tiene otros planes. Le manda a su primo Devon Foster, un impenitente marginado social con un sorperndente talento para el fútbol, y a Ezra, la estrella del equipo cuyo atractivo está al mismo nivel que su sentido de la superioridad, justo donde ella no los quiere: en su primer clase de educación física y en todos los demás aspectos de su vida.
TÍTULO: El suspiro del infierno AUTORA: Jennifer L. Armentrout GÉNERO: Fantasía juvenil EDITORIAL: Plataforma Neo PÁGINAS: 376 SAGA: Elementos oscuros #3 ¡CÓMPRALO YA!
Toda elección tiene sus consecuencias y Layla tiene que hacer frente a elecciones especialmente complicadas. Sin embargo, la elección más complicada que debe tomar Layla es en qué parte de sí misma debe confiar. Dividida entre dos mundos y dos chicos distintos, Layla ya no está segura de nada, ni siquiera de su supervivencia, especialmente cuando reaparezca un antiguo trato que los atormentará a todos. Pero a veces, cuando los secretos están por todos lados y la verdad parece indescifrable, tienes que escuchar a tu corazón, elegir un bando y darlo todo en la lucha.
«Sólo quiero hablar contigo, decírtelo todo por primera vez. Tendrías que conocer toda mi vida, que siempre fue la tuya aunque nunca lo supiste. Pero sólo tú conocerás mi secreto, cuando esté muerta y ya no tengas que darme una respuesta; cuando esto que ahora me sacude con escalofríos sea de verdad el final. En el caso de que siguiera viviendo, rompería esta carta y continuaría en silencio, igual que siempre. Si sostienes esta carta en tus manos, sabrás que una muerta te está explicando aquí su vida, una vida que fue siempre la tuya desde la primera hasta la última hora.».
Juego de tronos ha terminado tras ocho temporadas y, como no podía ser de otra manera, está en boca de todos. ¿Habéis visto la serie ya o sois de los que no seguían la serie? Sea como sea, sabed de antemano que esta entrada tendrá spoilers, así que si aún no habéis terminado la temporada, no sigáis leyendo.
Sorprendentemente esta temporada está recibiendo unas críticas terribles. ¿Quién se lo iba a esperar hace unos meses cuando todos esperábamos ansiosos el estreno de la octava y última temporada de esta gran serie? Todos sabemos cómo funcionan las redes hoy en día y cuando se pone de moda criticar, todos se suben rápidamente al carro. ¿Están o no justificadas las críticas? Yo, personalmente, no estoy conforme con esta temporada final y en esta entrada daré mi opinión al respecto. ¿Preparados?
Puede que te preguntes quién es Adam Connor. Es un galardonado actor recién divorciado que acaba de mudarse a la puerta de al lado con su hijo. Además, resulta ser un exquisito espécimen masculino y el bastardo más insoportable con el que me he cruzado jamás.
Seamos honestas, ¿quién no querría espiarlo un poquito a través del muro? Y si está desnudo, mejor. ¿No te derretirías tras verlo hacer ejercicio mientras su hijo de cinco años lo aniña? ¿Es necesario incluso que mencione sus abdominales, el bulto de sus pantalones o sus brazos? Oh, espera... ¿que nunca lo espiarías? Sí, claro...
Pese a que fui tan considerada de no allanar su hogar y a que estaba considerando el acercarme para ofrecerle un hombro (o puede que un pecho o dos) sobre el que llorar (ya sabes, por su divorcio), él me lo pagó metiéndome en una celda por un pequeño incidente. ¡En una celda! Debería haberme dado las gracias con infinidad de orgasmos de agradecimiento, no con una noche en la cárcel.